El customer journey no es una infografía para la pared. Tampoco un mapa estático que se mira una vez y se guarda en una carpeta. En empresas tech B2B, lo vemos todos los días: journeys mal diseñados, materiales desordenados, puntos de contacto que no reflejan la realidad.
No parece grave. Pero cuando el equipo no tiene las mismas piezas, el viaje se vuelve confuso. Y sostenerlo, imposible.
Diseñar sin contexto
Muchas veces los equipos encaran el journey desde el deber ser. Arman recorridos ideales sin considerar en qué momento está la empresa. Si está creciendo, reordenando procesos o sumando perfiles nuevos.
El resultado es un journey prolijo, pero poco operativo. Con puntos de contacto que no existen, o materiales que nadie usa.
En Mappix partimos de una pregunta básica: “¿Esto ya existe?”. Si existe, lo documentamos. Si no, lo diseñamos. Pero siempre con los pies en la realidad.
Diseño sin estructura es igual a caos visual
Otro error típico: cada área diseña a su manera. Ventas usa un PowerPoint viejo. Producto tiene un PDF nuevo, pero no está validado. Marketing tiene diez versiones del mismo material.
Cuando no hay una estructura clara, el diseño no aporta claridad. La confunde.
Lo que hacemos en estos casos es simple: definimos kits de piezas, con templates y criterios compartidos. Así cada equipo sabe qué usar, dónde está y cómo actualizarlo.
Diseño que no se puede mantener
Diseñar algo espectacular es fácil. Lo difícil es sostenerlo. Sobre todo cuando el diseño depende de una agencia externa o de una sola persona que “entiende cómo está armado todo”.
Si esa persona se va o la agencia cambia, el journey se rompe. Porque nadie sabe qué hay que actualizar ni dónde está cada cosa.
Por eso trabajamos con herramientas agnósticas al proveedor y lógicas simples. Todo queda documentado. Todo es editable. Todo se puede versionar sin perder el control.
Piezas sin dueño ni lugar
Hay materiales buenísimos que se pierden porque nadie sabe que existen. O porque no está claro dónde deberían estar dentro del journey.
Esto pasa cuando se produce sin pensar en el sistema. Cuando cada pieza es un esfuerzo aislado, sin una lógica de conjunto.
En Mappix ayudamos a que cada material tenga dueño, lugar y función. Y sobre todo, que tenga sentido dentro del recorrido completo.
Cerrar el gap entre el journey ideal y el real
Todo esto suena básico. Pero no lo es.
Porque mantener el diseño del journey actualizado, claro y compartido entre equipos requiere una estructura operativa. No alcanza con creatividad.
El valor está en la coherencia a lo largo del tiempo. En poder sumar un nuevo canal o una nueva pieza sin romper todo lo anterior.
¿Te pasa esto en tu empresa? Podemos ayudarte a ordenarlo. Desde lo operativo, sin prometer más de lo que se puede sostener.