A veces el caos se vuelve tan cotidiano que deja de notarse. Hasta que alguien pregunta: “¿Está actualizada esta presentación?”, y nadie puede responder.
Estas son cinco señales claras de que tu sistema visual necesita una revisión:
1. Circulan versiones distintas del mismo material.
Una para ventas, otra para marketing, otra que alguien adaptó hace meses. Ninguna se parece y nadie sabe cuál es la buena. Esto genera ruido entre áreas y con los clientes.
2. Hay piezas que nadie sabe dónde están.
“Eso lo tenía Juan en su compu”. Si una pieza depende de una persona, no está documentada. Y cuando esa persona se va, se pierde todo. Literal.
3. Los equipos usan templates que no se parecen entre sí.
A veces porque los adaptaron. A veces porque no sabían que existía uno oficial. A veces porque cada área encargó el suyo por su cuenta. Sin sistema, cada uno hace lo que puede. Pero no alcanza.
4. Hay que rehacer lo mismo cada vez.
Si cada presentación o campaña arranca desde cero, algo está fallando. Un buen sistema visual permite reutilizar, adaptar y escalar sin perder tiempo ni calidad.
5. El diseño depende de una persona o agencia.
Hay diseños brillantes que solo funcionan mientras esté “la persona que los armó”. Cuando cambia el proveedor, se rompe todo.
Si… ¡Esto es dependencia!
Estas señales no apuntan a un problema de diseño sino a una falta de estructura.
Cuando los materiales se dispersan, el diseño deja de ser una herramienta y se vuelve una carga. Lo que debería facilitar, termina frenando. En Mappix nos enfocamos en resolver eso: ordenar, documentar y diseñar sistemas visuales claros, que no dependan de una persona ni de una carpeta olvidada.